domingo, 16 de febrero de 2020
Izquierda y Derecha
La política nos define como ciudadanos. Aunque pensemos que el sistema no funciona, o que ningún partido político nos representa, nuestra ideología puede definirse a partir de unos valores y una forma de pensar.
Solemos hablar de políticas de izquierda o de derecha pero, ¿en qué se diferencian? En primer lugar, hay que tener claro que estas políticas son diferentes en cada país, dependiendo de la forma en que esté organizado el gobierno, sus leyes y sus instituciones.
Por ejemplo, las políticas de izquierda en un estado socialista como Suecia, donde el gobierno corre con los gastos de los servicios públicos, es muy diferente a la izquierda en los Estados Unidos, un país capitalista donde la economía condiciona todos los aspectos de la vida (educación, salud, prestaciones laborales).
Gobernar en torno a la sociedad o el individuo
Se trata de una diferencia de enfoque a la hora de gobernar. Según la ideología de izquierdas, para que un país funcione hay que fortalecer el conjunto de la sociedad y los servicios básicos (sanidad, sistema educativo, pensiones); mientras que la derecha sitúa al individuo en el centro de sus políticas.
A grandes rasgos, la ideología de izquierdas desarrolla sus políticas pensando en la sociedad, definida como un conjunto de personas que forman una comunidad. Por eso algunos gobiernos o partidos de izquierdas se definen como socialistas.
Las medidas de izquierdas tienen como objetivo crear un estado del bienestar del que puedan beneficiarse todas las personas. Este sistema está sufragado por los impuestos que pagan los ciudadanos, cada uno en función de sus posibilidades (en principio, los ricos pagan más que los que ganan menos).
Por otro lado, la ideología de derechas está más centrada en el individuo y la iniciativa privada. Los gobiernos de derechas favorecen la economía de las empresas para que sean éstas las que generen la riqueza en un país.
Este tipo de políticas se definen como liberales, porque las autoridades intervienen el mínimo posible, o capitalistas, porque el funcionamiento del Estado gira en torno al dinero o capital.
Por eso, los gobiernos de derechas suelen beneficiar más a los empresarios (porque son los que generan dinero) que a los trabajadores.
Solemos hablar de políticas de izquierda o de derecha pero, ¿en qué se diferencian? En primer lugar, hay que tener claro que estas políticas son diferentes en cada país, dependiendo de la forma en que esté organizado el gobierno, sus leyes y sus instituciones.
Por ejemplo, las políticas de izquierda en un estado socialista como Suecia, donde el gobierno corre con los gastos de los servicios públicos, es muy diferente a la izquierda en los Estados Unidos, un país capitalista donde la economía condiciona todos los aspectos de la vida (educación, salud, prestaciones laborales).
Gobernar en torno a la sociedad o el individuo
Se trata de una diferencia de enfoque a la hora de gobernar. Según la ideología de izquierdas, para que un país funcione hay que fortalecer el conjunto de la sociedad y los servicios básicos (sanidad, sistema educativo, pensiones); mientras que la derecha sitúa al individuo en el centro de sus políticas.
A grandes rasgos, la ideología de izquierdas desarrolla sus políticas pensando en la sociedad, definida como un conjunto de personas que forman una comunidad. Por eso algunos gobiernos o partidos de izquierdas se definen como socialistas.
Las medidas de izquierdas tienen como objetivo crear un estado del bienestar del que puedan beneficiarse todas las personas. Este sistema está sufragado por los impuestos que pagan los ciudadanos, cada uno en función de sus posibilidades (en principio, los ricos pagan más que los que ganan menos).
Por otro lado, la ideología de derechas está más centrada en el individuo y la iniciativa privada. Los gobiernos de derechas favorecen la economía de las empresas para que sean éstas las que generen la riqueza en un país.
Este tipo de políticas se definen como liberales, porque las autoridades intervienen el mínimo posible, o capitalistas, porque el funcionamiento del Estado gira en torno al dinero o capital.
Por eso, los gobiernos de derechas suelen beneficiar más a los empresarios (porque son los que generan dinero) que a los trabajadores.
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